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martes, 29 de mayo de 2012

Practica del Sexo Anal

El sexo anal es la estimulación del ano de su pareja: manualmente, oralmente o con la penetración anal (el hombre introduce su pene en el recto de la mujer). No se trata de una práctica sexual reservada únicamente a los homosexuales, como algunos quieren ver, sino que es apreciada por muchas parejas heterosexuales. Puede ser un fin en sí mismo, o acompañarse de otras formas de estimulación.

La introducción del pené en el recto femenino no debe ser considerada una practica homosexual trasladada al terreno heterosexual. Esta puede ser una expresión sexual entre hombres y mujeres tan legitima como cualquier otra de las muchas que existen. Lo importante, también aquí, es que el deseo y el placer se den por ambas partes. Para evitar incomodidades deben tomarse algunas precauciones:

Historia

No se trata de una práctica moderna, sino que se ha dado en todas las épocas y en todos los continentes desde la antigüedad. Hoy en día, uno de cada dos matrimonios confiesa haber probado la penetración anal. A algunos les gusta y a otros no. Según el informe del conocido sexólogo Kinsey, una de cada dos mujeres se declara partidaria de la penetración anal.

Numerosas parejas practican el sexo anal como "método anticonceptivo" (es también una alternativa en el caso de reglas prolongadas o abundantes). Sin embargo, existen riesgos de embarazo: el esperma que sale del ano puede deslizarse hacia la vagina… y algunos espermatozoides son duros de pelar.

¿Práctica tabú?

Algunos ven en él sexo anal un acto perverso y poco natural. Las autoridades religiosas o laicas lo han condenado con frecuencia. Determinadas religiones consideran el coito únicamente como un medio de reproducción, por lo que en automatico condenan también el sexo anal. En algunos países, se considera un "crimen contra natura" y "prohibido", incluso para los matrimonios. Históricamente, el objetivo de estas leyes era perseguir a la comunidad gay (en donde, por supuesto, la penetración anal está muy extendida). Sin embargo, el sexo anal, como cualquier otra forma de sexualidad voluntaria, es o debería ser una elección personal: la pareja es quien decide lo que es o no aceptable.

¿Qué gusto se le puede encontrar al sexo anal?

Además de una sensación física muy placentera, diversos factores psicológicos entran en consideración. El sexo anal es una práctica diferente, que hay que descubrir: la novedad suele ser excitante. Por otra parte, se tiene la impresión embriagadora de vivir una sexualidad más "intensa".

Estimulación anal

Empieza explorando la sensibilidad externa del ano de tu pareja y después pasa a una estimulación más directa. Puede hacerse manualmente o con un vibrador. Con la punta del dedo, haz círculos suaves alrededor de la parte externa del ano de tu pareja, introduce la punta de tu dedo más o menos un centímetro dentro del conducto anal y continúa describiendo círculos en su interior. Necesitarás lubricar tu dedo y el ano de tu pareja. Si está de acuerdo, puedes ejercer más presión.

El ano no pertenece al aparato reproductor, por lo que no está fisiológicamente condicionado para el acto sexual, es un órgano contaminado con material fecal. El riesgo de infección se incrementa, pues el esfínter anal es más rígido a la penetración y menos elástico que la vagina, con la consiguiente mayor fricción ocurriendo mayores micro traumatismos durante el acto sexual. Tampoco tiene la lubricación que normalmente tiene la vagina. El riesgo de contaminación no es solamente local, las micro fisuras que se producen durante el sexo anal producen micro sangrado en el pene y en el ano, que posibilita la contaminación sangre a sangre, mecanismo por el cual se explica que el sexo anal sea el de mayor riesgo para la transmisión del virus del SIDA (VIH) y de otras Enfermedades de Transmisión Sexual.

El sexo anal puede producir desgarros musculares en el esfínter anal. Para los que quieran practicarlo sigan las recomendaciones: siguientes: siempre use un preservativo, preferentemente adicione un lubricante a base de agua que lo podrá adquirir en una farmacia. Y jamás penetre la vagina luego de haber penetrado el ano.

Tanto para la mujer como para el hombre puede ser una práctica muy placentera pero si se realiza con las debidas precauciones. El hombre tiene que tener en cuenta muchas precauciones en estimular y penetrar el orificio anal (con mucha delicadeza y suavidad), para que en ningún caso le produzca dolor a su pareja sino sensaciones agradables y positivas. Para el hombre, no te olvides que tienes que acariciar a tú pareja, el clítoris e igualmente si eres un destacado amante o quieres serlo y la quieres hacer vibrar, los pechos y algunos golpecitos en sus nalgas. Todo al mismo tiempo. Ella tiene que disfrutar tanto o más que tú.

Consejos para la práctica del sexo anal

A continuación les mostramos unas prácticas que pueden realizarse independientemente, o una después de la otra, para una estimulación progresiva, que determinará el éxito de sus experiencias anales.
 
Con la lengua: el anilinctus

Antes de detenerse en las nalgas, lame las zonas erógenas de tú compañera. Luego, continúa con la raya, el contorno del ano, hasta llegar al mismo ano, zona muy sensible. En esos momentos, tú compañera empieza a sentir una sensación caliente y muy excitante.

Con un dedo o un juguete sexual.

Suavemente Introduce en el ano un dedo o, mejor aún, un consolador liso y lubrificado. Deténte un momento, para que el esfínter de tú compañera se habitúe a esta nueva sensación. Efectúa luego un movimiento circular, que ayudará a relajarla. Empújalo un poco más hacia adentro, al mismo tiempo que realiza un movimiento de vaivén; asegúrate de que tú compañera sigue sintiéndose a gusto.

Esta estimulación puede resultar muy placentera. Puede realizarse antes de la penetración anal, o acompañar la penetración vaginal o el sexo oral. La mujer puede también estimular la próstata de su compañero y aumentar así la intensidad orgásmica.

Con el pene: la sodomización

La mujer puede estar acostada bocabajo, de pie (de espaldas al hombre), acostada de lado, o sentada encima de él: en esta última postura controla mejor la profundidad de la penetración. Si optan por la postura del galgo, la mujer tendrá que levantar su tórax para facilitar la penetración. Lubrifica el pene abundantemente (sobre todo el glande) y el ano. Comienza penetrando lentamente. La primera vez, quizá no las puedas penetrar completamente, sobre todo si tú compañera no está totalmente relajada. Pero con un poco de tacto y ternura, no se te deben presentar mayores complicaciones.

Antes de llegar a la mitad del camino, deténte para que ella se habitúe. Comienza entonces a efectuar un movimiento de vaivén…suavemente. El hombre tiene que estar siempre muy atento a las reacciones de su compañera, y detenerse si ella se queja. En dicho caso, se volverá hacia atrás, hasta que ella se encuentre más a gusto. El hombre puede estimular simultáneamente el clítoris, o dejar que se ocupe de ello la mano experta de su compañera, lo que seguramente, le producirá un orgasmo muy intenso. Alcanzada la cumbre del placer, el hombre se retirará suavemente.


Guía práctica para aficionados al sexo anal.

La practica del sexo anal generalmente se asocia con prácticas "denigrantes y sucias", pero esto ha cambiado en los últimos tiempos debido a una mayor información del tema y son mas las mujeres que integran esta practica a su vida sexual debido a las siguientes observaciones:

1. El sexo anal puede ser divertido, seguro y entretenido si sigues los pasos adecuados para seguir manteniéndolo seguro, de lo contrario puede ser doloroso e incluso peligroso.

2. El ano es una zona extremadamente erógena, pues dentro de éste se encuentran mucho más terminales nerviosas que en otras partes del cuerpo, excepto el clítoris.

3. La diversión inicia desde que comienzas a acariciar tu ano, o el de tu pareja, con un dedo lubricado, intercambiarlo por el pene o sustituirlo con el uso de juguetes sexuales.

Para poder disfrutar esta variedad del sexo es necesario olvidarse de prejuicios y temores al respecto, ya que debemos considerar que:

1. El sexo anal NO es una práctica exclusiva de los homosexuales, aunque claro, ellos lo practican, pero también es una de las formas de sexo preferidas por algunas parejas heterosexuales.

2. Algunas mujeres rehúyen este acto al pensar en "recibirlo" por el ano, pero no hay razón para este temor si se toman las debidas precauciones.

3. Muchas personas experimentan placer al defecar, lo admitan o no.

4. Tu ano no es malo, mucho menos es una parte obscura o misteriosa de tu cuerpo.

5. La culpa es el inhibidor de las delicias anales y la tensión es la causa de la incomodidad.

6. El conocimiento y exploración de tu ano puede conducirte a placeres insospechados y sin límite.

"Así que deja fuera de tu mente las malas ideas y prepárate para disfrutar de tu cuerpo"

El sexo anal es muy placentero si se practica con técnicas adecuadas y sanidad. No es bueno defecar para asegurarse de que el ano se encuentra limpio y apropiado. Algunas personas gustan de hacerse una lavativa, pero, usualmente, esto es más por estimulación sexual que por necesidad. Una ducha a conciencia es más que suficiente para garantizar la higiene. Si no conoces bien a tu pareja, entonces deberán usar condón, los amantes inteligentes lo usan, no importa con quien lo vayan a hacer.

Recuerda tener a la mano un buen gel soluble al agua, una crema o un lubricante para facilitar la penetración. A algunos les gusta mucho hacerlo evitando el uso de éstos, pero es muy doloroso si no lo practicas regularmente. Si deseas usar un lubricante, mantente alejada de la vaselina u otros lubricantes a base de petróleo. Mientras más lubricante uses, más fácil, limpia, cómoda y placentera será la sesión que tengas.


En tu ano se puede insertar un pene largo fácilmente y la experiencia es muy agradable si consigues relajarte. Tu ano es como un delgado tubo con un pequeño anillo muscular al final. El anillo muscular se relaja y tensa para mantener el excremento dentro y mantener los objetos fuera. Estos músculos son bastante fuertes y son controlados parcialmente por la mente. Tus emociones pueden controlar la tensión en cualquier momento. Si estás sentado en tu computadora leyendo esto, flexiona tus glúteos y experimentarás cómo tu ano se frunce y se tensa. Una buena penetración anal no será placentera a menos que tus músculos estén relajados. Esto lleva tiempo y práctica.

Penetrando tu ano

Primero, debes estar confortable con tu ano y tu recto. ¿Estás familiarizada con estas regiones o emocionalmente rehúyes?, si te sientes mal acerca de tu ano, si crees que es sucio, primero debes cambiar tu punto de vista.

Explora tu ano y encuentra todo acerca de él. Tu recto NO es sucio. Puedes jugar con el sin sentirte mal. Llena la bañera con agua caliente o bien en la ducha, introdúcete en ella y relájate. Usa tu mano predominante (la derecha si eres diestra), desliza tus dedos hasta tu vagina. Abre tus piernas y pasea tus dedos entre tus glúteos y roza el espacio que hay entre el clítoris y el ano, siente cuan suave y delicada es esta área. Toca suavemente tu ano con un dedo, lentamente empújalo a través del músculo del que hablamos. Mueve tu dedo en movimientos circulares, poniendo un poco de presión en el borde de la abertura. Después de unos minutos empuja un poco adentro, luego afuera. Esto debe sentirse maravilloso y no debes estar temerosa. Ahora, intenta acariciar tus labios vaginales y el clítoris con la otra mano, al mismo tiempo que sigues haciendo círculos con el dedo en tu ano.

Si jugando dentro de tu ano se siente bien o si crees que lo lograrás, sigue explorando. Tómalo con calma y ponte cómoda. Concéntrate en tu ano y fíjate cuando esté tenso y cuando esté suelto, qué causa la diferencia y como puedes ejercitar control sobre esto.

Cuando tengas el control, puedes insertar dos dedos y expandirlos, estrechando los músculos. El recto es una parte robusta y flexible de tu cuerpo y no se verá afectado por dedos, penes o juguetes sexuales, a menos que se use violencia. Ten cuidado de objetos afilados como las uñas, pues pueden arañar; esto puede ser peligroso así que recorta primero tus uñas.

Si encuentras pequeñas piezas de excremento en la parte final no te preocupes que no te causarán daño y se puede lavar después, cuando hayas finalizado. Si encuentras esto ofensivo, puedes limpiar tu ano en la ducha para poder continuar.

Acuéstate en tu cama, flexionando tus piernas hasta que los pies estén cerca de tus glúteos. Delicadamente lubrica tu ano y tus dedos con algún lubricante. Comienza despacio, masturbándote con una mano, mientras llevas la otra hasta tu ano. Presiona suavemente, despacio y tu dedo entrará en la abertura. No empujes al principio, encuentra tus propios límites y disfrútalo. ¡El placer es todo en esta tarea! Cuando sientas que tu dedo, o tus dedos, hicieron el camino a través del delgado músculo y dentro del suave recto puedes sentirte incómoda. Esto se debe a que en tu educación te han enseñado que el ano es sucio, apestoso y un lugar indeseado. Nada puede estar más lejos de la realidad. Una vez dentro, permite a tus dedos y ano relajarse mientras acaricias tu vagina y clítoris con la otra mano. Si el interior de tu ano tiene una pequeña sensación de quemarse o estar irritado, no te preocupes, este sentimiento se tornará en placer. Si te sientes así, mastúrbate hasta el clímax, manteniendo los dedos dentro de tu ano. Si se siente bien, sigue explorando tu ano y relajándote.


Tensa tu ano

Una vez que hayas descubierto el placer que tus dedos pueden brindarte, comienza abriendo la entrada, hasta que puedas insertar objetos de mayor tamaño. Insertar objetos suaves de un gran diámetro y largo es el objetivo. Quizá sientas que tu ano tiene su propia personalidad y desea hacer las cosas a su manera. Esta es la separación entre la mente y los prejuicios de suciedad asociados al ano. Hasta que descubras esta sensación podrás conocer tu ano y te sentirás más cómoda y confortable. Encontrarás que jugar con tu ano es una parte crítica de tu masturbación.

Cuando te sientas confortable con los dedos en tu ano, puedes volverte un poco más agresiva. Inserta tus dedos y masajea el interior, presionando en círculo, rotando, tensando el músculo, relajando y encogiendo tus dedos dentro. Mientras exploras, intenta tocar con los dedos dentro de tu vagina los dedos dentro de tu ano a través de la delicada y suave piel que los separa. Sigue flexionando tus músculos tal como si intentaras defecar, practica el tensar, relajar, calmar, forzar tu ano mientras tus dedos permanecen dentro. Hazlo hasta que la abertura se relaje y no sientas dolor o incomodidad.

Mira hasta dónde puedes introducir tus dedos y hasta dónde puedes separarlos mientras se encuentran dentro. Cuando hagas esto con comodidad y placer, estarás lista para intentar con un dildo, estos objetos son usualmente derechos, lisos, redondos y suaves, y puedes encontrarlos en cualquier sex-shop.

El "abridor anal"; es un juguete bastante agradable y está diseñado específicamente para expandir tu ano y puede vibrar también, si así lo deseas. Este juguete viene con un asa fácil de usar y es operado por baterías que envían excitantes vibraciones anales. Esto permite estirar la abertura de tu ano sin comprar numerosos y diferentes consoladores. Probablemente terminarás comprando un buen surtido, pero esto es sólo una forma agradable de iniciarte. Sé cuidadosa de no usar objetos de vidrio, cristal, plástico rígido, velas, etc., pues éstos pueden romperse en tu interior, dejando dentro partículas que podrán dañarte. Mejor compra un buen juguete sexual y disfruta tus placeres, ya que la única forma de herir tu recto es con objetos duros o movimientos violentos.

Experimentar es el camino a mayores placeres

Ya te familiarizaste con la nueva parte de tu cuerpo, tu ano, ahora puedes comenzar a experimentar con tu pareja. Debes elegir inteligentemente a tu compañero y buscar las mismas cualidades que querías la primera vez que hiciste el amor. Una pareja gentil, amable y comprensiva es muy importante en el principio, Explícale como te sientes, lo que quieres que él haga y cómo quieres que lo haga. De lo contrario esto sólo te llevará a una mala experiencia y a echar a perder gran parte del entrenamiento y cuidado que has practicado.

Encuentra un compañero que guste del sexo, que acaricie tu trasero y juegue con tu ano mientras hacen el amor. También puedes hacer que tu compañero te haga sexo oral mientras inserta uno o varios dedos en tu ano. Será más fácil si se encuentra en buena posición para alcanzar tu ano y tú estarás en mejor posición para relajar los músculos mientras él juega gentilmente con tu abertura. Si estás ansiosa o no puedes relajarte, toma tu tiempo, si encuentras dificultades, no te sientas mal, tu ano puede estar siguiendo malos hábitos o no se está abriendo, toma tiempo y práctica, pero al final funciona.

Es muy importante que platiques con tu pareja y le digas lo que sientes. Un acto placentero que relajará tu ano es pedir a tu pareja que haga círculos en la abertura con las yemas de los dedos lubricadas; esto tiene un efecto calmante y, si tu pareja es gentil, tú también te relajarás. Si no consigues soltar tu ano, quizá tengas un bloqueo mental que no te permitirá ser penetrada. Si es el caso, conversa con tu pareja al respecto. Si no eres realmente seria acerca del sexo anal y no puedes relajarte, tal vez desees visitar a un consejero o un terapeuta sexual.

Asumimos que no tienes serios problemas con la estimulación y experimentación anal. Ahora es tiempo de tener a tu pareja penetrándote por el ano.

Protegiendo tu ano

¡Una breve advertencia! Si eres confidente con tu amante podrás tener sexo anal sin protección. Si no estás segura del todo... usa condón o alguna otra protección. Sólo sé cuidadosa y no cambies de la penetración anal a la vaginal, no es buena idea usar el mismo instrumento, ya sea consolador, pene o vibrador, en tu vagina inmediatamente después de haberlo usado en el ano, antes lávalo bien. Es menos riesgoso ir de la vagina al ano que al revés, así que ya estás avisada, ve y consigue un buen pene.

Igual que cuando te masturbas, tómalo con calma al principio. Si te lastima el ano, y puede pasar, pide a tu pareja que te penetre gentilmente, un poco de dolor es normal y aún con el ano relajado tú estado mental puede causar contracciones. Pronto descubrirás que el dolor se convierte en dichosas delicias durante el juego anal.

Al principio, cuando él entre, tal vez experimentes una urgencia violenta de ir al baño, esto se debe a tus reflejos normales de querer excretar cualquier cosa dentro de tu ano. Esta sensación es similar a las náuseas cuando aprendes a proporcionar un buen sexo oral. Quizá también pienses que estás a punto de orinar o defecar, pero esto es algo común. Pronto te condicionarás a ti misma a la normalidad de tener un objeto en tu ano. El gran excitamiento sexual seguirá; sé paciente y los sentimientos de miedo y cualquier tensión disminuirán considerablemente. La penetración gradual y la actividad es la mejor regla, así que ve con calma. Será difícil por un tiempo, pero serás complacida con un rápido cambio de incomodidad a placer erótico.
Después que tu compañero te haya penetrado profundo, dale una cantidad lujuriosa de tiempo para acostumbrarse a la sensación; él sabe que hacer, así que piensa en el placer y la sensualidad. Intenta masturbándote o pídele que él lo haga, pues esto es una parte regular del sexo anal; además incrementará tu intensidad sexual y deseo.

Intenta menear tu trasero en movimientos circulares, mientras él entra y sale lentamente. Aprende a comprimir tu ano, tensa y afloja para acariciar su pene. Sabrás si te estás moviendo en la mejor manera porque sentirás un flujo rítmico y apasionado en tu cuerpo. Olvidarás dónde estás mientras los movimientos de tu pareja los hacen fundirse en uno solo.

Bordear o tener una lengua en el trasero

El lamer el trasero es una forma muy íntima de explorar anos; esto aplica a ambos en la pareja. Involucra lamer, lengüetear y succionar dentro y alrededor del ano; quizá parezca extraño, porque los traseros eran considerados sucios y malos. En la actualidad se ha cambiado este concepto. Aunque es posible adquirir una enfermedad venérea o hepatitis de una persona infectada, pero igual puede pasar al hacerlo con la vagina. Los miedos a bordear son más mentales y relacionados al olor, sabor y preferencias personales; para que esto sea más placentero, quizá ambos deban tomar una ducha antes, lo que eliminará cualquier olor.

El bordear es extremadamente excitante porque la abertura de tu ano es deliciosamente sensitiva y los labios y lengua muy expresivos. Es tan fácil como lamer la vagina y las mismas acciones crean reacciones placenteras.

"Alrededor del mundo" significa besar y lamer el cuerpo entero y el ano es una parte del mundo corporal. Tu pareja lame a través de la piel anal, húmedas lengüetadas alrededor de la abertura, una y otra vez, arriba y abajo. Él puede mover rápido la punta de su lengua o introducirla hasta donde ésta pueda llegar; puede restregar gentilmente sus labios sobre o succionar en la abertura, como si quisiera voltear tu piel hacia afuera. Esto es realmente agradable si se hace con inserción de lengua. Mientras, tú puedes empujar un poco hacia abajo, relajando tu ano, esto expandirá la abertura y le dará más área para cuidar o mordisquear.

La posición

Colócate sobre tus manos y rodillas para que tu ano quede en el aire; tu pareja se arrodillará justo detrás, encarando tu trasero. Él se pondrá sobre ti, guiando su miembro lubricado a tu ano. Rápido o lento, dependiendo de tus preferencias, él empujará su pene dentro de ti mientras tú le abres el camino. Entonces el empujará su cadera adelante y atrás, moviendo su miembro dentro y fuera de tu ano. Mientras él te penetra, mantente quieta o rota tu cadera de un lado a otro, esta posición es más conocida como "de perrito" -por razones obvias-, y tiene la ventaja de facilitar una penetración profunda, combinada con la libertad de movimiento.

En la posición "del misionero" te tiendes sobre tu espalda, levantando tus rodillas hasta el cuello de tu pareja y pasando las piernas alrededor de sus hombros. Estarán cara a cara y es más agradable si colocan una almohada bajo tu pelvis para levantar tu trasero. Esta posición también permite una fácil y profunda penetración.

Otra posición interesante es parados, tu pareja justo detrás de ti. Apoya tus manos en un pilar, una mesa o una pared; esta posición es conveniente para usarse al aire libre. En esta posición no es tan fácil penetrar, pero hay completa libertad de movimiento y si no hay donde apoyarse, tú y tu pareja pueden tomarse de las manos. Si buscas una posibilidad entre la multitud, la penetración anal parados es una gran experiencia.

Por supuesto, puedes tenderte sobre tu estómago con tu cadera elevada con una almohada y tu pareja se pondrá sobre ti. Esto es bueno si él no es demasiado pesado. Te permitirá relajarte y tus manos estarán libres para hacer cualquier otra cosa. No es tan fácil una penetración completa con éste método y tus movimientos están restringidos.

Lo inverso de lo anterior te permite controlar la velocidad y profundidad de la penetración. Acuesta o sienta a tu pareja, móntate sobre él y desliza tu ano hasta encontrar su pene erguido. La penetración es fácil y profunda en esta posición y tú tienes el control. Las manos de tu pareja están libres para acariciar tus senos o para estimular tu clítoris mientras tú te deslizas arriba y abajo sobre su miembro. Lo mejor de esta posición es que también resulta fácil para tu pareja, pues tú haces la mayor parte del trabajo.

Preguntas y respuestas comunes

¿A través del sexo anal es posible el embarazo?

Sólo puede ocurrir un embarazo si el espermatozoide se une con el óvulo, en el tercio medio de las trompas de Falopio, y migran para asentarse en las paredes del útero. Nada de esto puede pasar en el intestino grueso.

Sin embargo, al practicar el sexo anal debe tomar en cuenta que por efectos de la gravedad, cabe la posibilidad de que el semen se salga del ano y llegue a tener contacto con la vulva. En este caso, dada la capacidad de desplazamiento de los espermatozoides, es posible un embarazo; aunque la probabilidad es muy baja e improbable. Pero en todo caso hay que tener mucha precaución ya que no es imposible.

¿Las mujeres pueden tener un orgasmo durante el sexo anal?

Existe la posibilidad que tanto un hombre como una mujer logren un orgasmo o eyaculación durante la penetración anal. Los genitales no son los únicos órganos responsables del gozo o placer sexual. Al fin y al cabo son aparatos sensoriales que solo llevan información al cerebro. Ahí es procesada y traducida a tensión y excitación sexual que puede promover la fase orgásmica. Bajo esta premisa, tanto su cuerpo, cualquier parte, como su imaginación, constituyen poderosos aparatos de sensaciones eróticas que le permitirán la vía al placer sexual extraordinario.

¿Es dañino practicar el sexo anal estando embarazada?

En principio no debe haber problemas en practicar sexo anal si antes lo han disfrutado. Obviamente se debe tener cuidado de no realizar movimientos que puedan comprimir el vientre, pero por lo demás, la penetración anal no implica peligro mayor que la penetración vaginal.

Si mi pareja y yo somos fieles, ¿se recomienda de todas maneras el uso de preservativo para el sexo anal?

La fidelidad mutua entre dos personas que no tienen ninguna enfermedad de transmisión sexual, como el VIH, es la mejor defensa y la mayor seguridad en estos tiempos tan caracterizados por este tipo de enfermedades. Sin embargo, en la práctica es difícil, si no imposible, estar seguros de que nuestra pareja nos es totalmente fiel. Recuerda que una sola relación sexual puede ser suficiente para contagiarse, inclusive con el VIH.

La penetración anal es el comportamiento sexual de mayor riesgo para la transmisión del virus del SIDA, y debido a que hasta ahora esta enfermedad es de evolución mortal, se recomienda ENFÁTICAMENTE a todas las personas que practican o experimentan la penetración anal, que utilicen un preservativo o condón, y un lubricante de base acuosa, y no oleosa, pues los de base oleosa debilitan el material del condón. Un ejemplo de un lubricante que NO debe utilizarse con el condón es la vaselina.

Penetrar a la mujer por detrás puede ser muy agradable, tanto para el hombre (el ano es menos elástico y más estrecho que la vagina; por lo que el pene está más ceñido) que para la mujer (en el ano existen abundantes terminaciones nerviosas). Muchas mujeres que practican habitualmente la sodomía alcanzan el orgasmo únicamente con la penetración anal, y se refieren a este orgasmo como algo "diferente" y nuevo.

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